Repartiendo solidaridad en plena pandemia con Francesc Terns #EnvyTalks
De repartir comida para los sanitarios dando vueltas con su coche por Barcelona en plena pandemia, a crear una organización que alimenta semanalmente a unas 2.000 personas en riesgo de exclusión. Francesc Terns es el ejemplo de que tener una idea es importante, pero poner ímpetu en realizarla es la clave del éxito. A sus 28 años, detectó la necesidad de ayudar a los sanitarios, que estaban desbordados a raíz de la pandemia que inundaba los hospitales y decidió ponerse manos a la obra.
A partir de aquí creó una cuenta de instagram llamada Health Warriors, a través de la cual contactó con restaurantes dispuestos a donar comida, que repartiría él mismo de hospital en hospital. “No había un business plan detrás, nadie estaba estudiando la idea de crear una empresa. Lo único que hicimos fue ver una necesidad y reaccionar al instante”. Tres días después, ya se habían unido a su causa 40 taxistas, y una semana después, ya habían donado 3.000 raciones de comida.
Lo que empezó como una buena obra hacia los sanitarios, los héroes del momento, a día de hoy se ha convertido en una organización sin ánimo de lucro que se centra en ayudar a mucha más gente.
Una iniciativa que se ha extendido a otro ámbito muy necesitado: las calles. Una manera de adaptarse a las necesidades que hay que cubrir en el momento; gracias a esta organización formada por “personas que intentan ayudar a personas a través de la alimentación” tal y como explica Francesc.
Por eso, en el momento en el que vieron que las calles podían ser un ámbito más vulnerable y necesitado, centraron su atención en ellas. Al preguntarle sobre su proyecto, Francesc Terns afirma que no quiere ser conocido como tal, ya que explica humildemente que lo único que ha hecho es crear una cuenta de Instagram: “yo lo único que hice fue apoyarme en gente mejor que yo en todos los ámbitos”. Si bien es cierto que con este acto tan pequeño empezó Health Warriors, no se puede negar que lo que han conseguido a día de hoy es digno de admiración.
Actualmente, los héroes que conforman la organización han conseguido un espacio al cual llegan semanalmente toneladas de comida destinada a familias en riesgo de exclusión. “Cuando vienen los viernes a recoger las cajas saludables y flipan con la organización, es cuando pienso que para mí es un orgullo formar parte de esto”, nos cuenta Francesc. Meses antes de la pandemia abrió un restaurante de delivery, por lo que también llama la atención su frase “pasé de servir comida a clientes que pagaban a intentar ayudar (con comida) a gente necesitada a través de donativos”.
A parte de todo lo logrado, Francesc se queda con lo especial que ha sido la gente que ha conocido: “No somos un grupo de amigos de antes. Son personas que han querido ayudar a otras personas, y los que siguen involucrados (…) quieren seguir ayudando. Se ha ido formando una gran familia”.
Este proyecto, que describe como “un engranaje que se ha ido “tejiendo” poco a poco”, es el ejemplo de que el emprendimiento requiere esfuerzo, pero sobre todo ganas. Como dice Francesc, la clave está en “coger una semilla e intentar hacerla un poco más grande”.