¿Probar para creer?
La de sabores de la vida que nos perderíamos si no tuviéramos ese impulso innato por probar y descubrir por nosotros mismos. La madre naturaleza, en su infinita sabiduría, ya nos diseñó para que buscáramos certezas en nuestra experiencia directa.
Vamos, que ya puede venir Machado a describirnos con todo lujo de detalles el sabor de, por ejemplo, una manzana, que hasta que no la probemos no experimentaremos ni comprenderemos su verdadero sabor. Y lo mismo sucede con los beneficios que puede aportar esta fruta a nuestra salud y bienestar.
Seguimos con el ejemplo de la manzana, claro.
La ciencia se encarga de contarnos qué sucede concretamente en nuestro cuerpo cuando la manzana forma parte innegociable de nuestra dieta. Pero solo a través de nuestra experiencia podemos saber que la manzana, simplemente, nos encanta y nos hace bien.
Hay infinitos estudios que demuestran lo increíblemente beneficioso que puede ser el consumo diario de manzanas. Algunos solo refuerzan la sabiduría popular. Un ejemplo tiene que ver con el famoso refrán en inglés que dice “An apple a day, keeps the doctor away” (una manzana al día, del médico te libraría). Un estudio reciente realizado en Estados Unidos a más de ocho mil personas, concluyó que quienes consumen esta fruta diariamente, consumen menos medicamentos recetados. Así que, sí: “keeps the doctor away”.
Y hay estudios que revelan que comer manzanas a diario puede ayudar a prevenir la formación de cáncer, enfermedades degenerativas o del corazón. Que, consumirlas crudas, puede ayudar a reducir el nivel de colesterol. Y otros muchos “milagros” que quizás no lo son tanto. Y es que una manzana no es solo una sabrosísima fruta, sino también una dosis de pura salud proporcionada directamente por la misma madre que nos parió (la madre naturaleza).
Pero hay que probar para creer.
Se podría decir que la verdadera ciencia para nosotros, somos nosotros mismos. El sí absoluto solo puede nacer de probar, más allá de lo que digan estudios, refranes o artículos de blog. Y fíjate si es sabia la naturaleza, que además pensó en darle un sabor irresistible a las manzanas (y especialmente a las Envy) para asegurarse de que lleguemos a probarlas y en consecuencia, ¡a creer!
¿Probar para creer? Prueba… ¡y descúbrelo tú mismo!