El juicio de Paris
En esta nueva entrega de “Otras Grandes Manzanas”, en la que os hablamos de las huellas que ha ido dejando esta deliciosa fruta a lo largo de nuestra historia y evolución, nos volvemos a trasladar a la antigua Grecia para a abordar otro de los pasajes en los que aparece la manzana dorada o de la discordia. Recordemos que, como os explicamos en la última publicación, las manzanas doradas otorgaban la inmortalidad y crecían en un árbol situado en el Jardín de las Hespérides, que era propiedad de la diosa Hera.
Hoy os vamos a explicar porque la manzana dorada también es conocida con el nombre de la manzana de la discordia. Todo tiene su origen en la boda del héroe griego Peleo y la ninfa marina Tetis. A ella estaban invitados mortales y los dioses del olimpo, todos menos la diosa de la Discordia Tetis, ya que Zeus no quiso que la invitaran. Eris, furiosa por haber sido excluida de la celebración, se decidió vengar provocando la confusión y pelea entre las diosas presentes. Para ello, acudió al banquete con una manzana de oro que tenía grabada la frase “Para la más bella” y la arrajó sobre la mesa principal captando rápidamente la atención de los presentes. Fueron tres diosas las que se sintieron directamente aludidas. Atenea, Afrodita y Hera se disputaron por la manzana dando origen a la expresión “la manzana de la discordia”.
Al no haber conceso entre los presentes sobre qué diosa era la más bella, Zeus decidió encomendar esa difícil elección a un joven mortal llamado Paris, hijo del rey de Troya. Entonces, como ya se podía intuir, las tres diosas intentaron sobornar al “juez”, cada una a su manera.
La diosa Hera, esposa de Zeus, le ofreció la supremacía sobre todos los hombres y título de emperador de Asia. Atenea, la diosa de la guerra y de la inteligencia, le ofreció la sabiduría y capacidad de vencer todas las batallas en las que participase y, Afrodita, le ofreció el amor de la mortal más bella de Grecia.
Paris, que era un príncipe muy terrenal, eligió como ganadora a Afrodita, que a partir de aquel momento se convirtió en la diosa de la belleza. Sin embargo, su decisión tuvo graves consecuencias para Troya, ya que la mortal más bella no era otra que Helena, la esposa del rey de Esparta, cuyo rapto desencadenó la famosa guerra de Troya, una de las guerras más épicas y cinematográficas de todos los tiempos.
El Juicio de Paris también inspiró en el arte, concretamente al pintor Rubens que ilustró la escena en una de sus obras. Actualmente, la pintura se puede visitar en el Museo del Prado de Madrid.
Vaya… Benditas manzanas, son tan irresistibles… ¿Quién nos diría que la legendaria guerra de Troya tuvo su origen en la disputa por una manzana? Pero tranquilos, que si en casa solo os queda una de nuestras Manzanas Envy no discutáis, si es temporada siempre podéis comprar más, ya que cada una es igual de deliciosa y crujiente, y si no, bueno… entonces os animanos a compartirla y desgustar ese único sabor con la mentalidad de que muy pronto podréis volver a disfrutar de ellas.